F1: Verstappen gana el Gran Premio de Francia y Ferrari le regala otro pedacito de Mundial

PARÍS.- Para ganar un Mundial de F1 tienes que rozar la perfección. Lo sabe Red Bull después de lograr lo que parecía imposible el año pasado con Verstappen batiendo al todo poderoso Lewis Hamilton. Lo lograron rozando la excelencia en momentos de máxima presión. Aquel título de Max bien pudo ser una obra de arte que exponer en el Louvre. Algo digno de admirar pese al polémico final. Un ejemplo. Ferrari sabía que si quería batir este año al Red Bull de Max Verstappen, al margen de tener un coche rapidísimo no podía permitirse errores ante un equipo tan preparado a todos los niveles. Y ahí es donde los italianos están haciendo añicos su sueño, como sucedió una vez más, en un GP de Francia que terminó con Max Verstappen ganando y Leclerc contra el muro.

Max Verstappen conquistó este domingo su victoria número 27 en la F1, la 7ª en 12 carreras esta temporada y es mucho más líder del Mundial después de ver como Charles Leclerc sumaba otro cero con una gran duda en el aire: ¿Fue fallo de Leclerc o del coche? El monegasco parecía culpar de su accidente a un posible problema de fiabilidad del pedal del acelerador. Y luego de la carrera asumió la culpa de lo ocurrido: «Fue un error. Si cometo estos errores no merezco ganar el Mundial». La prensa italiana pedía el liderazgo de Leclerc en el equipo hace varias carreras. Y a la primera, su estrella se estrelló.

Otro drama ferrarista, otro drama para Charles, que a base de errores del equipo, y esta vez posiblemente suyo, está alejándose de su tan ansiado cetro. Llegaba a Paul Ricard a 38 puntos de Verstappen y se marcha de Le Castellet a casi el doble: a 63. Un golpe definitivo, o casi.

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El GP de Francia, en imágenesDan Mullan / Getty
Charles-Verstappen, duelo previo al accidente

La carrera estaba perfecta. Se cocía a fuego lento una batalla de las deseadas por los aficionados. Un Leclerc-Verstappen que pintaba muy bien. Charles defendió bien su posición de pole. Sabía que Red Bull debía ser favorito por su teórica mejor degradación en esta pista. Pero con el tremendo calor que golpeaba en pista (casi 60 grados en el asfalto) y el viento cambiante, podía suceder de todo. Leclerc estaba dispuesto a pelear. Se defendió ante un Max con mejor ritmo que no tardó en alcanzarle. El monegasco estaba cerrando todas las puertas y Verstappen no tenía suficiente con su mejor punta.

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Leclerc, en Francia

POOL / EFE

Charles estaba resistiendo. Estaba haciendo honor a su apellido. Quería vestirse de héroe, como el General Leclerc, cuando con la novena compañía, con solo 160 hombres, con todo en contra, liberó París de los alemanes. Leclerc lo estaba haciendo todo perfecto y obligó a Verstappen a lanzar el ataque en boxes parando antes. Charles decidía continuar en pista, tirando al máximo para intentar mantener su posición hegemónica cuando realizara la parada. Pero en ese momento de máxima tensión… llegó el drama. «No puede soltar el acelerador. ¡Noooooooo!», exclamó Charles por radio con un grito lleno de rabia, impotencia y desesperación. Lleno de dolor.

En la curva de Signes, en la que se entra con el pedal a fondo y se dibuja soltando el acelerador en el vértice, precisamente en ese momento, trompeó. Encajaría la explicación de que un fallo le impidió soltar el acelerador, pero el piloto lo negó después de la carrera. También su jefe Mattia Binotto.

«No ha habido problema. Ha mencionado en la radio un problema pero era cuestión de que quería salir de la barrera y quizás no sentía el motor como debía. Ha cometido un error genuino. A veces pasa, como a veces falla el motor», dijo Binotto al respecto. Quiso decir Mattia que Charles simplemente se quejaba de un fallo mecánico cuando intentaba poner marcha atrás tras impactar contra el muro, pero que no podía poner marcha atrás porque el acelerador estaba dado.

Sea como fuere, otro fallo importante. En Barcelona y Bakú, su motor dijo basta cuando lideraba. En Mónaco y Silverstone, errores de estrategia de su equipo le arrebataron el triunfo. En Canadá tuvo que penalizar por cambio de motor. En Austria pudo salvar el triunfo pese a un problema en el pedal del acelerador. Y dos semanas después, acelerador o no, Leclerc sumó otro cero.

Sainz es 5º tras otro error de Ferarri

Los problemas de Ferrari le pusieron a Mercedes la opción de lograr un doble podio en bandeja. Lewis Hamilton (2º) lo logró tras superar a Pérez con una gran salida y beneficiarse del contratiempo de Charles y la retrasada posición de salida de Sainz por sanción. Y Russell (3º), se benefició de ello y de su mejor ritmo final ante un Pérez que perdió el podio al creer que el coche de seguridad se terminaría antes. Tuvo un enorme pique final con George y salió perdiendo.

Creyó también el podio hasta el final Carlos Sainz, pero tras otro fallo de Ferrari y mucha indecisión en boxes que acabó perjudicándole, el español terminó 5º.

Carlos tenía que salir 19º por tener que cambiar motor, consecuencia directa del incendio de su propulsor en Austria. Si no fuera por ello, el español exhibió en Paul Ricard durante todo el fin de semana un ritmo demoledor y una enorme confianza. Podía haber peleado por pole y victoria, pero al tener que salir 19º su objetivo debía ser el podio. Lo intentó con todo con otro carrerón.

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Carlos Sainz, en el GP de Francia

POOL / EFE

En la vuelta 18, ya dentro de los 8 primeros, podía realizar una parada gratis por el ‘Safety Car’ originado por Leclerc, pero ese coche de seguridad llegó demasiado pronto y eso perjudicó su carrera ya que quedaba aún más de media carrera y tenía que completarla con las gomas medias. En ese momento, Ferrari falló. Tan solo una vuelta después del desastre de Leclerc, se completó el drama con un fatal pit stop para Carlos. Acto seguido, llegó una salida a la calle de boxes peligrosa por culpa de Carlos, que se saltó el semáforo, pero que no hubiera ocurrido si el pit stop hubiera sido limpio. Un Williams se estuvo a punto de llevar puesto a Sainz en la calle de garajes y eso le costó al español 5 segundos de penalización, que para colmo, Carlos tuvo que explicarle a su ingenieros por radio cómo debía cumplirse.

Con un ritmo demoledor con la goma media, ante el resto de rivales montando el medio, Carlos superó a Ricciardo, Norris, Alonso y Russell, a este último con un adelantamiento espectacular lleno de raza y mucha valentía por fuera en una curva rapidísima. Estaba pilotando como los ángeles, con un confianza enorme. Y fue a por Pérez. Lo intentó y ahí empezó una larga e inexplicable conversación con su equipo por radio.

El muro, incapaz de tomar una decisión en firme, se debatía entre si parar o no a Carlos. Era Sainz el que aclaraba las cosas con comentarios contundentes. Y cuando el español dejó claro que era mejor no parar, sabedor de que el pit lane es demasiado largo y no llegaría al podio si paraba, apostaba por mantenerse en pista y pelear sufriendo hasta el final. Atacaba entonces con todo a Pérez y lo pasaba con mucho orgullo. Carlos era tercero. Debía mantener esa plaza aunque con gomas más blandas que iban a derretirse.

En esa lucha con el mexicano, el equipo le dijo que parara. Carlos no entendía por qué cambiaban de nuevo de opinión, y menos mientras batallaba con el mexicano. «Ahora no», repetía por radio. El ’55’ terminó parando y saliendo en 9ª posición a pista tras otro mal pit stop (9.4″: 5 de sanción y 4.4″ de parada).

No se entendió por qué acabó realizando esa parada. Ni sus rivales se lo creían. Ni el propio Sainz. «No entiendo nada», dijo. Pero sin tiempo para lamentos, ahí Carlos fue al ataque con la goma media, con todo, encendido en las 10 últimas vueltas. Era demasiado tarde. Pudo llegar a ser 5º, premio insuficiente a su enorme carrera. El podio se escapó. 19 adelantamientos después, se llevó el premio al mejor piloto del día. Pero debió ser más. Mucho más.

Alonso 6º tras otra gran carrera

Esta vez la mala suerte no le impidió sumar los puntos que merecía. Fernando Alonso volvió a sacar lo máximo de su Alpine en carrera y terminó en una meritoria sexta posición. El asturiano brilló en la salida pasando a Norris y a Russell con una buena maniobra pero luego el mejor ritmo de Mercedes decantó la balanza en favor del británico. No pudo hacer nada para seguir a Hamilton, Pérez y Norris, pero sí para mantener a raya al renovado McLaren de Norris, con mejor ritmo que el inglés durante toda la carrera.

Tan solo pudo pasarle Sainz, con mejor coche y mejores gomas al final de la carrera. Alonso firmó otra gran prueba, sin errores, con gran ritmo, buena degradación y una ejecución perfecta.

Alonso optimizó el potencial del Alpine y su compañero Ocon pudo salvar su difícil fin de semana terminando 8º.

mundodeportivo.com/

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